El edificio en forma de barra consolida la cabeza de manzana y activa el espacio público incorporando el antejardín como extensión del comercio en primer piso que se complementa con la feria semanal de la calle. Separados por el pasillo central, los volúmenes norte y sur del edificio se conciben simétricos en sí mismos, pero se desfasan entre ellos para ajustarse a la geometría romboidal y angosta del terreno. Los balcones de los departamentos quedan contenidos en casetones que ordenan la fachada principal y le dan identidad al edificio a través de la incorporación de color.